crítica

 

“Los últimos cuadros de Viteri son impresionantes por la efusiva libertad que en ellos se descubre, por el drama que se opera en un espacio de sobrecogedora soledad, por el nacimiento de formas antes inexistentes, por un vigoroso sentido del color y por las frescas texturas resultantes. Es evidente que él no busca el efecto vano, sino que se dirige al encuentro de un mundo desconocido, con ansias de hallazgos fabulosos y sorprendentes”

 

Jaime Andrade Moscoso, Quito 1963